RESIGNACIÓN

Le habían asegurado que olvidaría con el tiempo. No fue así. Contaba cada uno de los días desde aquella última mirada desde la escalera de embarque del aeropuerto.
Habían pasado dos años, tres meses y veintiún días desde aquel último: “te quiero”.
Viajó para mejorar. Buscando simplemente tener una vida. Ejercer su profesión lejos de todo lo que había conocido y hasta entonces había sido su vida.
Había estudiado, se había preparado y poseía el primer título universitario de todos los miembros de su familia.
Aún así al llegar a su primera entrevista de trabajo, se encontró con una larga fila de candidatos antes de que le tocara su turno.
-¡No importa!- pensó, tras oír al entrevistador decir que el puesto ya estaba ocupado.
Fue cuando esta situación se  fue repitiendo una y otra vez, cuando comenzó la desesperación por el mero hecho de sobrevivir.
Una mañana alguien le ofreció un puesto inferior a su cualificación universitaria, pensó en rechazarlo y volver a su tierra, pero lo aceptó.
Cada mañana, en el tren camino a su trabajo pensaba en aquel último “te quiero” de la escalera del aeropuerto y a veces una lágrima aparecía en sus ojos azules.
Así fueron pasando los días hasta que una mañana la desesperación fue tal que sin encontrarle más sentido a su estancia en un país extraño, decidió… resignarse.
Y aprendió a resignarse mientras dormía, se levantaba, trabajaba, paseaba o leía el diario. Se resignaba mientras se lavaba los dientes, mientras hacia la cama y también mientras lloraba escuchando la voz de los suyos a través del teléfono y mientras reía viéndolos a través de la Web cam.
Se resignaba por la mañana, por la tarde, por la noche e incluso lo hacia cuando a veces se despertaba en medio de la madrugada, pensando en su tierra.
Cada día le veo resignarse en silencio mientras pone cafés en la cafetería del hospital.
El otro día mientras le ponía una espumosa caña de cerveza y un pincho de carne a un cirujano les oí hablar sobre como deshacer coágulos en el cerebro aunque al usar palabras técnicas tampoco me enteré de mucho, ellos hablaban de manera técnica y se notaba que ambos conocían sobradamente el tema.
Mientras esto ocurría en la televisión hablaban de los novios de un ex gran hermano y de una suculenta exclusiva por su top-less en una conocida revista y de los millones que cobraría el futuro fichaje del Real Madrid.
Mientras me servía un café cortado, vi en su cara una mirada triste y desilusionada mientras mirando unos instantes la pantalla de la televisión me dijo: “¡Que injusta es la vida!”
Solo pude exclamar un tímido: Sí

COLÁS ALBÍN. El Trasgu gaiteru

Colás Albín , es el nombre de este trasguín asturiano muy musical. Es un trasguin gaiteru. Fue bautizado asíi por Xurde Morán y Carla Guillén Puig, una asturianu y una catalana. Así que será muy afortunado ya que para pascua tendrá Pegarata y Mona. Gracias padrinos, jejje.

Trasguina pianista (Brunilda trasgupiana)

Un nuevo trasguin musical, en este caso una nueva trasguina que toca el piano...
Hala, a bautizarla, ¡Padrinos y madrinas!

Esto es lo que he pedido a mis amigos de facebook, como he hecho con todos los anteriores, en cuanto este "bautizada", cambiaré la entrada del blog ya con su nuevo nombre.
Pues ya está bautizada se llama Brunilda trasgupiana. Y sus padrinos son en este caso Javier y Maribel...

Trasgu saxofonista (FLORIN SAXIN)

Mi nuevo trasgu musical es Saxofonista... ¿Qé os parece?, ya sabeis ahora hay que bautizarlo...
Bueno pues ya tiene nombre se llama Florín Saxín y tiene dos padrinos de los más musicales Bras (Gaitero) y Olga María (Cupletista), así que claro que será un buen saxofonista. Gracias chicos¡¡¡¡

Otru trasgu musical: Kimberlum Guitarrín

Al oir la música de Divina, la trasguina que "violina", la traguina musical, este Trasguin guitarrista apareció como por arte de birlibirloque. Su nombre se lo debe a su padrino Albert Magret y a su madrina Olga, se llama: Kimberlum Guitarrín, teniendo en cuenta que uno es Catalán y la otra madrileña este debe ser un Trasguín producto de la emigración , y por lo rubio debe de ser alemán.

Trasguina musical. La trasguina violinista

Esta es una trasguina amante de la música, tanto que interpreta bellas melodias al violín del que es toda una virtuosa.
Mi amiga María Alicia Esain se inspiró en este dibujo para esye verso...
¡Gracias Alicia!
DUENDE VERDE

En mi casa, cuando la noche se enciende,
aparece un pequeño duende verde.
Cuenta que es violinista,
también un gran artista…
¡Mas si es de día, el duende no me atiende!

María Alicia Esain©01/06/11

Trasguin de les mariposes

Pues que me he puesto a dibujar y ha irrumpido en mis lápices de colores una especie de duende al que le encantan las mariposas, me ha dicho que es asturiano, por tanto es un trasgu y esta rodeado de mariposas, por lo tanto le he llamado el Trasgu de les mariposes.

Crónicas desde el cielo: Amparo a través del espejo (Amparo Muñoz)



Amparo con su larga melena, su carita triste y sus ojos cristalinos permanentemente empañados en lágrimas, aún un poco perdida por la nueva circunstancia, abre la puerta del que es su nuevo hogar desde hace escasas horas.
Está localizado en ese lugar adónde todos acaban llegando y del que luego nadie quiere regresar a pesar de nunca haber querido residir en él.
Tristona, se quita su abrigo y lo deposita sobre un precioso sofá con hermosos cojines de plumón blanco. Deja con sumo cuidado, su escueto equipaje de tan solo una maleta sobre una mesa nacarada y se dispone a echar un vistazo a la que será su nueva casa.
Confundida ante la nueva situación recorre con su mirada toda la estancia.
Techos altos que parece  que ayuden a respirar mejor por su altura, preciosas escayolas  que parecieran labradas por manos de ángeles que rodean a preciosas lámparas de finos cristales y luz brillante…
Los amplios ventanales dejan ver al otro lado de los cristales tallados un intenso y azul mar de nubes. Suelos de tablero de ajedrez, puertas de finas maderas exóticas  y trabajadas marqueterías dan un toque de elegancia a todo el salón.
Precisamente en ese instante, de una de las puertas surge una extraña figura que nuestra protagonista ve a través del reflejo de uno de los pulidos espejos.
Es una extraña mujer de largo cabello negro, entrada en años, demacrada, con grandes ojeras y envuelta en un halo de profunda tristeza y desilusión que refleja a través de su mirada.
A pesar de la apariencia de la figura, Amparo no la teme y se acerca más y más al espejo. Apenas cree reconocer aquella mujer avejentada y extraña que la mira e imita sus gestos en el espejo. Quiere hablar con ella, preguntarle quien es y que hace allí, pero solo escucha el eco de su propia voz, nada más.
Una gran luz anaranjada, cálida y con olor a azahar de primavera y leña en invierno entra por la claraboya del techo y es en ese mismo instante cuando aquella figura poco a poco empieza a desdibujarse, alejándose de la recién llegada, levantando una mano en señal de despedida.
En ese momento se abren las puertas de la casa y por ella comienzan a aparecer todos aquellos que quieren a Amparo y que como ella ya tienen su residencia en este lugar tan especial, donde todo es bello y verdad.
Amparo, mira hacia el espejo de nuevo y ve como aquella mujer triste y asediada que antes se reflejaba ha desaparecido y se ha ido diluyendo en el azogue del espejo para dejar paso de nuevo a una mujer bella, alegre, sana y fuerte como siempre debió de haber sido y el destino lo evitó.
 La sombra de lo que fue, se ha ido para siempre para nunca más volver.
Amparo camina hacia un mundo nuevo, feliz, tranquila y esperanzada. Y como si del final feliz de una de sus películas se tratará mira al horizonte y exclama:
“! Ahora, sí ¡Ahora soy feliz!