Mi Bella Oriental. El hechizo


Y allá va una nueva ilustración...
 
Y los emperadores dieron orden de deshacerse de todas las ruecas, usos y telares en el país.
Las ropas y las telas solo se podrían coser a mano y por supuesto la bella heredera jamás tendría contacto con ninguno de ellos, jamás debería coser ni estar rodeada de nada que pudiera hacer que se cumpliese la maldición del hada olvidada.
Una tarde, la niña jugaba en el jardín de su palacio. estaba esperando a sus amiguitos y amiguitas para celebrar su cumpleaños, ¡Que ya cumplía quince años!
Si  en aquel día el maleficio no se llevaba a efecto , la pequeña estaba salvada.
De repente una peregrina de bello cabello blanco que la niña nunca habia visto se le acercó con un maravilloso regalo, un bello kimono de señorita, de "niña mayor" al que solo le faltaban unas cuantas puntadas en sus dobladillo. ¡Oh, me queda grande!- exclama la niña. ¡Y es tan, tan bonito!.
- "No te preocupes, tu misma puedes arreglarlo, yo te explicaré como hacerlo y para ello te regalo este costurero de madera de palo rosada"
¡Sí!- ¡Yo lo arreglaré!. Expliqueme como- dijo Bella entusiasmada
 Y así la viejecita, que no era otra que la malvada hada le explicó como enhebrar la aguja, como dar las primeras puntadas y no habían pasado ni dos minutos cuando Bella, se pinchó en uno de sus finos dedos.
 En ese instante, tras la sorpresa... se calló muerta.
 El hada comenzó a reir feliz de su triunfo, aun sin saber que la pequeña no estaba muerta sino dormida...

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