A veces los árboles secos deciden unirse de por vida, juntando sus raíces y sus ramas casi secas, para permanecer así a través de los años. Suele empezar en una puesta de sol, las ramas se abrazan, las últimas hojas verdes son arrastradas por el viento y sin más los árboles se entrelazan y divisan como el sol se pone en el horizonte...
Al contrario de lo que suele parecer, estos árboles no están muertos, sus brotes conservan la savia, puede que para renacer muchos siglos después, solamente duermen. Cuando paseeis por un bosque, no olvidéis esta historia y procurad no hacer ruido,no rayarlos ni marcarlos con corazones ni dibujos en sus troncos, ellos simplemente descansan...